sábado, 21 de febrero de 2015

¡atiende, Señor, a mi plegaria, escucha la voz de mi súplica!

Salmo 86(85),1-2.3-4.5-6.
Inclina tu oído, Señor, respóndeme,
porque soy pobre y miserable;
protégeme, porque soy uno de tus fieles,
salva a tu servidor que en ti confía.

Tú eres mi Dios: ten piedad de mí, Señor,
porque te invoco todo el día;
reconforta el ánimo de tu servidor,
porque a ti, Señor, elevo mi alma.


Tú, Señor, eres bueno e indulgente,
rico en misericordia con aquellos que te invocan:
¡atiende, Señor, a mi plegaria,

escucha la voz de mi súplica! 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Asesoría Inmobiliaria espera su comentarios

«nunca salga para su trabajo sin antes oír, muy de madrugada, la Santa Misa y encomendarse a Dios