El Rosario es una oración mariana que inmediatamente centra nuestra mente y corazón en el Señor Jesús. Esta sencilla plegaria nos introduce en un ritmo mediativo que nos pone «en comunión vital con Jesús a través-podríamos decir-del corazón de su Madre».
En cada Padrenuestro rezamos con las palabras que Jesús mismos nos enseñó y por acción del Espíritu nos unimos a la voz del mismo Hijo; en cada Avemaría reconocemos «el milagro más grande de la historia», la Encarnación del Verbo, y hacemos nuestra confesión de fe de Isabel:"Bendita tú y bendito el fruto de tu vientre, Jesús"; al término de cada decena damos gloria al Padre a través del Hijo en comunión con el Espíritu Santo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Asesoría Inmobiliaria espera su comentarios