LAS LIMOSNAS DE ROCKEFELLER
Dicen que John Rockefeller (1.839-1937) fue uno de los tres (3) hombres más ricos del mundo. Pues bien: en la libreta de apuntes de gastos de este hombre consta que en .860, cuando apenas ganaba cien $100 dólares mensuales, el repartía la quinta parte de sus ganancias entre los pobres. Cuando empezó a ganar $1.000 mil dólares mensuales siguió dando la quinta parte para los mas necesitados Rockefeller llegó a ser multimillonario (lo llamaban "El rey del petróleo") y cuando llegó a ganar en un sólo año
$ 300.000.000 trescientos millones de dólares, REGALÓ LA QUINTA PARTE DE SUS GANANCIAS A LAS GENTES MAS EMPOBRECIDAS DEL MUNDO. Y él repetía: "Cuantas mas limosnas reparto, mas ganancias consigo y mas negocios buenos me inspira Dios". En la India en los tiempos de mayor hambre se veían caravanas inmensas de camiones llenos de alimentos, enviados por Rockefeller. En Colombia, la gran lucha contra la fiebre amarilla, la malaria el paludismo, la costeaba Rockefeller. Y Dios se lo premió con una excelente salud y una larga vida que casi llega a un siglo. ¡El Señor sabe premiar muy bien lo que se hace por los necesitados!
En cambio hay otros que no andan gritando mucho sus opiniones tan generosas, pero sus manos van solucionando las graves necesidades de los que yacen en la miseria. Esos sí que son verdaderos bienhechores de la humanidad.
Merecen alabanza aquellos que a medida que sus capacidades se esfuerza por ir socorriendo las miserias de nuestro tiempo. (Concilio Vaticano GS 88).
Fuente:
Como hacerse rico para el cielo dando limosnas en la tierra - 6ta edición.
Como hacerse rico para el cielo dando limosnas en la tierra - 6ta edición.
P. Eliecer Sálesman. Apostolado Bíblico Católico
El poder de dar: Los líderes extraordinarios definen su valor y crean su legado por la diferencia que han hecho en la vida de otras personas. Dar de corazón no se hace con la intención de recibir algo a cambio. En todo gran líder el dar es la esencia de su identidad.
Ser levadura en la masa
ResponderEliminarNada hay más frío que un cristiano que no se preocupe de la salvación de los demás.No puedes excusarte con la pobreza, pues aquella viuda que echó dos monedas de cobre te acusará. Y Pedro decía: No tengo plata ni oro. El mismo Pablo era tan pobre que frecuentemente pasaba hambre y carecía del alimento necesario.
No puedes aducir tu baja condición, pues aquéllos eran también humildes, nacidos de baja condición. Tampoco vale el afirmar que no tienes conocimientos, pues tampoco ellos los tenían. Ni te escudes detrás de tu debilidad física, pues también Timoteo era débil y sufría frecuentemente de enfermedades.Todos pueden ayudar al prójimo con tal que cumplan con lo que les corresponde.
¿No veis los árboles infructuosos, cómo son con frecuencia sólidos, hermosos, altos, grandiosos y esbeltos? Pero, si tuviéramos un huerto, preferiríamos tener granados y olivos fructíferos antes que esos árboles; esos árboles pueden causar placer, pero no son útiles, e incluso, si tienen alguna utilidad, es muy pequeña. Semejantes son aquellos que sólo se preocupan de sí mismos…
¿Cómo, me pregunto, puede ser cristiano el que obra de esta forma? Si el fermento mezclado con la harina no transforma toda la masa, ¿acaso se trata de un fermento genuino? Y, también, si acercando un perfume no esparce olor, ¿acaso llamaríamos a esto perfume?
No digas: “No puedo influir en los demás”, pues si eres cristiano de verdad es imposible que no lo puedas hacer… No digas que es una cosa imposible; lo contrario es imposible….No puede ocultarse la luz de los cristianos, no puede ocultarse una lámpara tan brillante.