Libro de Isaías 49,8-15.
Salmo 145(144),8-9.13cd-14.17-18.
Evangelio según San Juan 5,17-30.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Odas de Salomón (texto cristiano hebraico de principio del siglo II)
Nº 42
“Los muertos escucharán la voz del Hijo de Dios”
Así habla el Señor: En el tiempo favorable, yo te respondí, en el día de la salvación, te socorrí. Yo te formé y te destiné a ser la alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir las herencias devastadas,
para decir a los cautivos: "¡Salgan!", y a los que están en las tinieblas: "¡Manifiéstense!". Ellos se apacentarán a lo largo de los caminos, tendrán sus pastizales hasta en las cumbres desiertas.
No tendrán hambre, ni sufrirán sed, el viento ardiente y el sol no los dañarán, porque el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta las vertientes de agua.
De todas mis montañas yo haré un camino y mis senderos serán nivelados.
Sí, ahí vienen de lejos, unos del norte y del oeste, y otros, del país de Siním.
¡Griten de alegría, cielos, regocíjate, tierra! ¡Montañas, prorrumpan en gritos de alegría, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de sus pobres!
Sión decía: "El Señor me abandonó, mi Señor se ha olvidado de mí".
¿Se olvida una madre de su criatura,
no se compadece del hijo de sus entrañas?
¡Pero aunque ella se olvide,
yo no te olvidaré!
para decir a los cautivos: "¡Salgan!", y a los que están en las tinieblas: "¡Manifiéstense!". Ellos se apacentarán a lo largo de los caminos, tendrán sus pastizales hasta en las cumbres desiertas.
No tendrán hambre, ni sufrirán sed, el viento ardiente y el sol no los dañarán, porque el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta las vertientes de agua.
De todas mis montañas yo haré un camino y mis senderos serán nivelados.
Sí, ahí vienen de lejos, unos del norte y del oeste, y otros, del país de Siním.
¡Griten de alegría, cielos, regocíjate, tierra! ¡Montañas, prorrumpan en gritos de alegría, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de sus pobres!
Sión decía: "El Señor me abandonó, mi Señor se ha olvidado de mí".
¿Se olvida una madre de su criatura,
no se compadece del hijo de sus entrañas?
¡Pero aunque ella se olvide,
yo no te olvidaré!
Sagrada Familia |
Salmo 145(144),8-9.13cd-14.17-18.
El Señor es bondadoso y compasivo,
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas.
El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados.
El Señor es justo en todos sus caminos
y bondadoso en todas sus acciones;
está cerca de aquellos que lo invocan,
de aquellos que lo invocan de verdad.
lento para enojarse y de gran misericordia;
el Señor es bueno con todos
y tiene compasión de todas sus criaturas.
El Señor es fiel en todas sus palabras
y bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que caen
y endereza a los que están encorvados.
El Señor es justo en todos sus caminos
y bondadoso en todas sus acciones;
está cerca de aquellos que lo invocan,
de aquellos que lo invocan de verdad.
Evangelio según San Juan 5,17-30.
Jesús dijo a los judíos:
"Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo".
Pero para los judíos esta era una razón más para matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre.
Entonces Jesús tomó la palabra diciendo: "Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo.
Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. Y le mostrará obras más grandes aún, para que ustedes queden maravillados.
Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, del mismo modo el Hijo da vida al que él quiere.
Porque el Padre no juzga a nadie: él ha puesto todo juicio en manos de su Hijo,
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
Les aseguro que el que escucha mi palabra y cree en aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna y no está sometido al juicio, sino que ya ha pasado de la muerte a la Vida.
Les aseguro que la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán.
Así como el Padre dispone de la Vida, del mismo modo ha concedido a su Hijo disponer de ella,
y le dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre.
No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz
y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio.
Nada puedo hacer por mí mismo. Yo juzgo de acuerdo con lo que oigo, y mi juicio es justo, porque lo que yo busco no es hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió.
"Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo".
Pero para los judíos esta era una razón más para matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre.
Entonces Jesús tomó la palabra diciendo: "Les aseguro que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo sino solamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, lo hace igualmente el Hijo.
Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace. Y le mostrará obras más grandes aún, para que ustedes queden maravillados.
Así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, del mismo modo el Hijo da vida al que él quiere.
Porque el Padre no juzga a nadie: él ha puesto todo juicio en manos de su Hijo,
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
Les aseguro que el que escucha mi palabra y cree en aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna y no está sometido al juicio, sino que ya ha pasado de la muerte a la Vida.
Les aseguro que la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán.
Así como el Padre dispone de la Vida, del mismo modo ha concedido a su Hijo disponer de ella,
y le dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre.
No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz
y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio.
Nada puedo hacer por mí mismo. Yo juzgo de acuerdo con lo que oigo, y mi juicio es justo, porque lo que yo busco no es hacer mi voluntad, sino la de aquel que me envió.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Odas de Salomón (texto cristiano hebraico de principio del siglo II)
Nº 42
[Habla Cristo:]
Los que no me han reconocido no se han beneficiado de mi presencia;
he estado escondido para aquellos que no me han poseído.
Estoy cerca de los que me aman.
Han muerto todos mis perseguidores;
los que me sabían vivo me han buscado.
He resucitado, estoy con ellos,
hablo por su boca.
No han hecho caso a los que les perseguían;
sobre ellos he echado el yugo de mi amor.
Como el brazo del novio por encima de su novia (cf. Ct 2,6),
así es mi yugo sobre los que me conocen.
Tal como la tienda de los desposorios se levanta en casa de la novia,
así mi amor protege a los que creen en mí.
No he sido reprobado,
aún cuando parecía que lo era.
No he perecido,
aunque ellos se lo han pensado.
La estancia de los muertos me ha visto
y ha sido vencida,
la muerte me ha dejado marchar,
y muchos se han venido conmigo.
Para ella he sido hiel y vinagre;
con ella he descendido hasta su estancia,
hasta su máxima profundidad.
La muerte se ha retirado,
no ha podido soportar mi rostro.
He tenido entre los muertos
una asamblea de vivos (1P 3, 19. 4,6).
Les he hablado con labios vivientes,
de manera que mi palabra no fuera vana.
Los que estaban muertos han corrido hacia mí;
han gritado diciendo: “Ten piedad de nosotros,
Hijo de Dios, actúa en nosotros según tu gracia.
Desátanos de los lazos de las tinieblas,
ábrenos la puerta, que corramos hacia ti.
Vemos que nuestra muerte
No ha podido contigo.
Que nosotros seamos también libres contigo,
porque tú eres nuestro Salvador”.
He escuchado sus voces,
su fe, las he recogido en mi corazón.
Sobre sus frentes he escrito mi nombre (Ap 14,1);
son libres y me pertenecen.
Los que no me han reconocido no se han beneficiado de mi presencia;
he estado escondido para aquellos que no me han poseído.
Estoy cerca de los que me aman.
Han muerto todos mis perseguidores;
los que me sabían vivo me han buscado.
He resucitado, estoy con ellos,
hablo por su boca.
No han hecho caso a los que les perseguían;
sobre ellos he echado el yugo de mi amor.
Como el brazo del novio por encima de su novia (cf. Ct 2,6),
así es mi yugo sobre los que me conocen.
Tal como la tienda de los desposorios se levanta en casa de la novia,
así mi amor protege a los que creen en mí.
No he sido reprobado,
aún cuando parecía que lo era.
No he perecido,
aunque ellos se lo han pensado.
La estancia de los muertos me ha visto
y ha sido vencida,
la muerte me ha dejado marchar,
y muchos se han venido conmigo.
Para ella he sido hiel y vinagre;
con ella he descendido hasta su estancia,
hasta su máxima profundidad.
La muerte se ha retirado,
no ha podido soportar mi rostro.
He tenido entre los muertos
una asamblea de vivos (1P 3, 19. 4,6).
Les he hablado con labios vivientes,
de manera que mi palabra no fuera vana.
Los que estaban muertos han corrido hacia mí;
han gritado diciendo: “Ten piedad de nosotros,
Hijo de Dios, actúa en nosotros según tu gracia.
Desátanos de los lazos de las tinieblas,
ábrenos la puerta, que corramos hacia ti.
Vemos que nuestra muerte
No ha podido contigo.
Que nosotros seamos también libres contigo,
porque tú eres nuestro Salvador”.
He escuchado sus voces,
su fe, las he recogido en mi corazón.
Sobre sus frentes he escrito mi nombre (Ap 14,1);
son libres y me pertenecen.
Ordena tu trabajo afuera, prepáralo en el campo, y después edificarás tu casa.
Proverbio 24
Además, si Dios ha dado a un hombre riquezas y posesiones, y le permite disfrutar de ellas, tomar la parte que le toca y alegrarse de su trabajo, ¡eso es un donde Dios!
¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentra ocupado en este trabajo!
San Lucas 12
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Asesoría Inmobiliaria espera su comentarios