MARÍA DE LOURDES VÁSQUEZ | EL UNIVERSAL
domingo 6 de septiembre de 2015 12:00 AM
Este 8 de septiembre se cumplirán 363 años de la aparición de la Virgen María ante el indio Coromoto, cacique de la tribu de los Cospes, y a su familia, con lo cual se da comienzo a una larga tradición mariana según la cual, la venerada imagen, que mide 2,5 cm de alto por 2 cm de ancho, es el testimonio físico que dejó la madre de Jesús de Nazaret en las manos del cacique Coromoto.
A lo largo de los siglos, la diminuta imagen comenzó a mostrar signos de deterioro, por lo que se hizo evidente la necesidad de su restauración. Un tarea que fue emprendida por un equipo multidisciplinario en 2009, con resultados que no dejan de sorprender tanto a fieles como a incrédulos. Y es que la estampa que tradicionalmente se ha tenido de la Virgen de Coromoto, notablemente europea, difiere del testimonio impreso dejado en la mano del cacique de los Cospes, según lo expresa Pablo González, miembro del equipo restaurador.
"Esta es la única aparición que se hace en el mundo a una familia. La Virgen viene a constituir la familia", asegura.
El primer acercamiento a una posible intervención de la también conocida como reliquia de Coromoto se produjo en 1987, cuando un experto en restauración enviado por el Vaticano a Guanare analizó la pieza y recomendó que no fuese tocada, pues el riesgo de destruirla en el proceso era muy grande.
Transcurren 15 años sin que el tema vuelva salir a la luz, hasta que en 2002 encargan al profesor González hacer una revisión de la reliquia para ver si era factible que la misma fuese en peregrinación por toda la República, como tenía pensado la Conferencia Episcopal Venezolana. Pero la recomendación es negativa dado el riesgo de afectarla aún más.
El daño aparente de la imagen avanza y una capa de oxido parece cubrirla por lo que es casi imposible distinguirla, lo que lleva a la Conferencia Episcopal a autorizar la restauración. El trabajo técnico le es encargado a los restauradores Nancy Morela Jiménez y Pablo González.
Es así que se instala en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto un laboratorio especial para iniciar el proceso que los especialistas calculan durará de tres y cinco semanas. "Exactamente comenzamos la restauración el 11 de marzo de 2009. Era un reto para nosotros pues para comenzar se trataba de una microrestauración", explica González.
Para los involucrados la restauración misma fue un milagro. Y es que lo que se previó tardaría semanas pudo ser completado en seis días. "El solo hecho de separar la imagen no tenía una fecha, podrían ser varios días de tratamiento hasta llegar al más adecuado para poderla separar de sus soportes y, sin embargo, en el primer tratamiento acuoso que se le hizo se desprendió en 18 minutos", explica el restaurador. El agua donde se realizó el procedimiento mantuvo un PH neutro, al igual que la pequeña imagen, pero no ocurrió igual con el soporte y el relicario que la contenían en su interior, estos estaban contaminados.
Las revelaciones
La imagen restaurada ha sido sometida a análisis en los laboratorios de la Universidad Ezequiel Zamora. Bajo un espectroscopio, explica González, las líneas que componen la imagen parecen hilos colocados, la tinta no penetra el papel de algodón que la contiene, además todo el dibujo tiene la misma densidad por lo que parece haber sido hecha en un solo trazo. Lo preciso de la estampa hizo imposible realizar cualquier retoque. "Hubo restauración porque se limpió y se recuperó la imagen real, pero nada más".
La nueva imagen muestra a la Virgen sentada en la entrada del bohío del indio Coromoto. Su corona es un penacho de plumas. Las columnas de la casa parecen hechas con un intrincado tejido indígena en las que evidencias símbolos cuyo significado debe ser desentrañado. El ojo izquierdo que tiene el espesor de la punta de un alfiler está perfectamente definido posee iris, cristalino, retina. Son secretos que apenas comienzan a revelarse.
A lo largo de los siglos, la diminuta imagen comenzó a mostrar signos de deterioro, por lo que se hizo evidente la necesidad de su restauración. Un tarea que fue emprendida por un equipo multidisciplinario en 2009, con resultados que no dejan de sorprender tanto a fieles como a incrédulos. Y es que la estampa que tradicionalmente se ha tenido de la Virgen de Coromoto, notablemente europea, difiere del testimonio impreso dejado en la mano del cacique de los Cospes, según lo expresa Pablo González, miembro del equipo restaurador.
"Esta es la única aparición que se hace en el mundo a una familia. La Virgen viene a constituir la familia", asegura.
El primer acercamiento a una posible intervención de la también conocida como reliquia de Coromoto se produjo en 1987, cuando un experto en restauración enviado por el Vaticano a Guanare analizó la pieza y recomendó que no fuese tocada, pues el riesgo de destruirla en el proceso era muy grande.
Transcurren 15 años sin que el tema vuelva salir a la luz, hasta que en 2002 encargan al profesor González hacer una revisión de la reliquia para ver si era factible que la misma fuese en peregrinación por toda la República, como tenía pensado la Conferencia Episcopal Venezolana. Pero la recomendación es negativa dado el riesgo de afectarla aún más.
El daño aparente de la imagen avanza y una capa de oxido parece cubrirla por lo que es casi imposible distinguirla, lo que lleva a la Conferencia Episcopal a autorizar la restauración. El trabajo técnico le es encargado a los restauradores Nancy Morela Jiménez y Pablo González.
Es así que se instala en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto un laboratorio especial para iniciar el proceso que los especialistas calculan durará de tres y cinco semanas. "Exactamente comenzamos la restauración el 11 de marzo de 2009. Era un reto para nosotros pues para comenzar se trataba de una microrestauración", explica González.
Para los involucrados la restauración misma fue un milagro. Y es que lo que se previó tardaría semanas pudo ser completado en seis días. "El solo hecho de separar la imagen no tenía una fecha, podrían ser varios días de tratamiento hasta llegar al más adecuado para poderla separar de sus soportes y, sin embargo, en el primer tratamiento acuoso que se le hizo se desprendió en 18 minutos", explica el restaurador. El agua donde se realizó el procedimiento mantuvo un PH neutro, al igual que la pequeña imagen, pero no ocurrió igual con el soporte y el relicario que la contenían en su interior, estos estaban contaminados.
Las revelaciones
La imagen restaurada ha sido sometida a análisis en los laboratorios de la Universidad Ezequiel Zamora. Bajo un espectroscopio, explica González, las líneas que componen la imagen parecen hilos colocados, la tinta no penetra el papel de algodón que la contiene, además todo el dibujo tiene la misma densidad por lo que parece haber sido hecha en un solo trazo. Lo preciso de la estampa hizo imposible realizar cualquier retoque. "Hubo restauración porque se limpió y se recuperó la imagen real, pero nada más".
La nueva imagen muestra a la Virgen sentada en la entrada del bohío del indio Coromoto. Su corona es un penacho de plumas. Las columnas de la casa parecen hechas con un intrincado tejido indígena en las que evidencias símbolos cuyo significado debe ser desentrañado. El ojo izquierdo que tiene el espesor de la punta de un alfiler está perfectamente definido posee iris, cristalino, retina. Son secretos que apenas comienzan a revelarse.
Fuente:
http://www.eluniversal.com/caracas/150906/virgen-de-coromoto-revela-simbologia-indigena
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