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Orígenes : “Vayamos a la otra orilla” (Lc 8,22)
Primer Libro de los Reyes 19,9a.11-13a.
Salmo 85(84),9ab-10.11-12.13-14.
Carta de San Pablo a los Romanos 9,1-5.
Evangelio según San Mateo 14,22-33.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Orígenes (c. 185-253), presbítero y teólogo
Comentario al evangelio de Mateo, libro 11, cap. 5-6; PG 13, 913; SC 162
“Vayamos a la otra orilla” (Lc 8,22)
Orígenes : “Vayamos a la otra orilla” (Lc 8,22)
Primer Libro de los Reyes 19,9a.11-13a.
Allí, entró en la gruta y pasó la noche. Entonces le fue dirigida la palabra del Señor.
El Señor le dijo: "Sal y quédate de pie en la montaña, delante del Señor". Y en ese momento el Señor pasaba. Sopló un viento huracanado que partía las montañas y resquebrajaba las rocas delante del Señor. Pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto.
Después del terremoto, se encendió un fuego. Pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó el rumor de una brisa suave.
Al oírla, Elías se cubrió el rostro con su manto, salió y se quedó de pie a la entrada de la gruta. Entonces le llegó una voz, que decía: "¿Qué haces aquí, Elías?".
El Señor le dijo: "Sal y quédate de pie en la montaña, delante del Señor". Y en ese momento el Señor pasaba. Sopló un viento huracanado que partía las montañas y resquebrajaba las rocas delante del Señor. Pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, hubo un terremoto. Pero el Señor no estaba en el terremoto.
Después del terremoto, se encendió un fuego. Pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó el rumor de una brisa suave.
Al oírla, Elías se cubrió el rostro con su manto, salió y se quedó de pie a la entrada de la gruta. Entonces le llegó una voz, que decía: "¿Qué haces aquí, Elías?".
Salmo 85(84),9ab-10.11-12.13-14.
Voy a proclamar lo que dice el Señor:
el Señor promete la paz,
Su salvación está muy cerca de sus fieles,
y la Gloria habitará en nuestra tierra.
El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el cielo.
El mismo Señor nos dará sus bienes
y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de él,
y la Paz, sobre la huella de sus pasos.
el Señor promete la paz,
Su salvación está muy cerca de sus fieles,
y la Gloria habitará en nuestra tierra.
El Amor y la Verdad se encontrarán,
la Justicia y la Paz se abrazarán;
la Verdad brotará de la tierra
y la Justicia mirará desde el cielo.
El mismo Señor nos dará sus bienes
y nuestra tierra producirá sus frutos.
La Justicia irá delante de él,
y la Paz, sobre la huella de sus pasos.
Carta de San Pablo a los Romanos 9,1-5.
Digo la verdad en Cristo, no miento, y mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo.
Siento una gran tristeza y un dolor constante en mi corazón.
Yo mismo desearía ser maldito, separado de Cristo, en favor de mis hermanos, los de mi propia raza.
Ellos son israelitas: a ellos pertenecen la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto y las promesas.
A ellos pertenecen también los patriarcas, y de ellos desciende Cristo según su condición humana, el cual está por encima de todo, Dios bendito eternamente. Amén.
Siento una gran tristeza y un dolor constante en mi corazón.
Yo mismo desearía ser maldito, separado de Cristo, en favor de mis hermanos, los de mi propia raza.
Ellos son israelitas: a ellos pertenecen la adopción filial, la gloria, las alianzas, la legislación, el culto y las promesas.
A ellos pertenecen también los patriarcas, y de ellos desciende Cristo según su condición humana, el cual está por encima de todo, Dios bendito eternamente. Amén.
Evangelio según San Mateo 14,22-33.
En seguida, obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud.
Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al atardecer, todavía estaba allí, solo.
La barca ya estaba muy lejos de la costa, sacudida por las olas, porque tenían viento en contra.
A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar.
Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. "Es un fantasma", dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar.
Pero Jesús les dijo: "Tranquilícense, soy yo; no teman".
Entonces Pedro le respondió: "Señor, si eres tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua".
"Ven", le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a él.
Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: "Señor, sálvame".
En seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?".
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó.
Los que estaban en ella se postraron ante él, diciendo: "Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios".
Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al atardecer, todavía estaba allí, solo.
La barca ya estaba muy lejos de la costa, sacudida por las olas, porque tenían viento en contra.
A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar.
Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. "Es un fantasma", dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar.
Pero Jesús les dijo: "Tranquilícense, soy yo; no teman".
Entonces Pedro le respondió: "Señor, si eres tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua".
"Ven", le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a él.
Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: "Señor, sálvame".
En seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?".
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó.
Los que estaban en ella se postraron ante él, diciendo: "Verdaderamente, tú eres el Hijo de Dios".
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por :
Orígenes (c. 185-253), presbítero y teólogo
Comentario al evangelio de Mateo, libro 11, cap. 5-6; PG 13, 913; SC 162
"Jesús obligó a los discípulos a subir a la barca y a esperarlo en la otra orilla, mientras despedía a la muchedumbre". La muchedumbre no podía ir hacia la otra orilla; no eran hebreos en el sentido espiritual de la palabra, que se traduce como: "la gente de la otra orilla". Esta obra fue reservada para los discípulos de Jesús: irse a la otra orilla, sobrepasar lo visible y corporal, estas realidades temporales, y llegar los primeros hacia lo invisible y eterno. […] Y sin embargo los discípulos no pudieron preceder a Jesús sobre la otra orilla […]; posiblemente quería hacerles pasar por la experiencia de que sin Él no era posible llegar allí. […] ¿Qué barca es a la que Jesús obliga a los discípulos a subir? ¿No sería la lucha contra las tentaciones y las circunstancias difíciles? […]
Luego subió a la montaña, a un lugar aparte, para orar. ¿Por quién reza? Probablemente por la muchedumbre, para que, reenviados después de haber comido los panes bendecidos, no hagan nada de contrario a esta llamada de Jesús. Por los discípulos también […], para que no les ocurra nada malo en el mar a causa del oleaje y el viento fuerte. Tengo ganas de decir que es gracias a la oración que Jesús hace a su Padre por lo que los discípulos no sufrieron ningún daño, mientras que el mar, las olas y el viento se ensañaban contra ellos. [...]
Y nosotros, si un día nos enfrentamos con tentaciones inevitables, acordémonos que Jesús nos obligó a embarcarnos; no es posible alcanzar la otra orilla sin pasar por la prueba del oleaje y del viento huracanado. Luego, cuando nos veamos rodeados por numerosas y penosas dificultades, cansados de navegar en medio de ellas con la pobreza de nuestros medios, pensemos que nuestra barca está entonces en medio del mar, y que este oleaje busca "hacer naufragar nuestra fe" (1Tm 1,19) […] Mantengámonos seguros hasta que cercano el fin de la noche, cuando "la noche está avanzada y el día está cerca"(Rm 13,12), el Hijo de Dios llegará andando sobre las aguas y calmando la tempestad.
Luego subió a la montaña, a un lugar aparte, para orar. ¿Por quién reza? Probablemente por la muchedumbre, para que, reenviados después de haber comido los panes bendecidos, no hagan nada de contrario a esta llamada de Jesús. Por los discípulos también […], para que no les ocurra nada malo en el mar a causa del oleaje y el viento fuerte. Tengo ganas de decir que es gracias a la oración que Jesús hace a su Padre por lo que los discípulos no sufrieron ningún daño, mientras que el mar, las olas y el viento se ensañaban contra ellos. [...]
Y nosotros, si un día nos enfrentamos con tentaciones inevitables, acordémonos que Jesús nos obligó a embarcarnos; no es posible alcanzar la otra orilla sin pasar por la prueba del oleaje y del viento huracanado. Luego, cuando nos veamos rodeados por numerosas y penosas dificultades, cansados de navegar en medio de ellas con la pobreza de nuestros medios, pensemos que nuestra barca está entonces en medio del mar, y que este oleaje busca "hacer naufragar nuestra fe" (1Tm 1,19) […] Mantengámonos seguros hasta que cercano el fin de la noche, cuando "la noche está avanzada y el día está cerca"(Rm 13,12), el Hijo de Dios llegará andando sobre las aguas y calmando la tempestad.
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