Elías el tisbita, de Tisbé en Galaad, dijo a Ajab: "¡Por la vida del Señor, el Dios de Israel, a quien yo sirvo, no habrá estos años rocío ni lluvia, a menos que yo lo diga!".
La palabra del Señor le llegó en estos términos:
"Vete de aquí; encamínate hacia el Oriente y escóndete junto al torrente Querit, que está al este del Jordán.
Beberás del torrente, y yo he mandado a los cuervos que te provean allí de alimento".
El partió y obró según la palabra del Señor: fue a establecerse junto al torrente Querit, que está al este del Jordán.
Los cuervos le traían pan por la mañana y carne por la tarde, y él bebía del torrente.
Salmo 121(120),1-2.3-4.5-6.7-8.
Levanto mis ojos a las montañas:
¿de dónde me vendrá la ayuda?
La ayuda me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El no dejará que resbale tu pie:
¡tu guardián no duerme!
No, no duerme ni dormita
el guardián de Israel.
El Señor es tu guardián,
es la sombra protectora a tu derecha:
de día, no te dañará el sol,
ni la luna de noche.
El Señor te protegerá de todo mal
y cuidará tu vida.
El te protegerá en la partida y el regreso,
ahora y para siempre.
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